Valor en salud
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Más financiación para la salud, ¿cómo hacerlo posible?

Más financiación para la salud, ¿cómo hacerlo posible?

Francesc Moreu
Socio director de Moreu y Asociados   /   04-09-2020   /   0 COMENTARIOS   /  A+ | a-
MÁS FINANCIACIÓN

En las múltiples propuestas sobre las modificaciones que precisa nuestro modelo de Salud aparece, en todas ellas, la necesidad de aumentar la financiación del mismo e incluso, se aventura que dicho incremento debe situarse alrededor de un 1% del PIB.

UNAS REFERENCIAS IN VITRO

Como el dinero ni se “crea ni se destruye” este incremento solo puede hacerse de dos maneras; la primera es destinando más dinero público a la Salud lo que implicaría reducirlo de otras prestaciones, esencialmente de las que componen el Estado de Bienestar que significan el 66% de los presupuestos de las CCAA, o establecer con otros rubros al margen de estas, una nueva lista de prioridades a favor de la Salud.

La segunda significaría una mayor aportación de los ciudadanos a los presupuestos de Salud, de manera indirecta, aumentando la presión fiscal, o directa a la hora de la utilización de los servicios a través de tasas o copagos.

Otra línea de pensamiento nos podría llevar a tratar de conseguir lo mismo, mejorar el modelo y sus prestaciones haciéndolo sostenible no en base a incrementar el gasto sino a reducir sus costes (el mito de la eficiencia) con dos posibles líneas de acción: la primera aumentando la eficacia y la eficiencia en la prestación de servicios, tanto a nivel macro como meso y micro y la segunda racionando los contenidos de la póliza publica (o animando a los ciudadanos a la doble cobertura) con diversas opciones  sobre las que me he pronunciado más de una vez, en base al paso de un Estado de Bienestar a una Sociedad del Bienestar incorporando en la ecuación individuo/estado al mercado, mercado todo el posible, como estímulo a la eficacia y la eficiencia, y estado todo el necesario como garante de la equidad.

Obviamente no debe descartarse un mix de todas ellas ya que seguramente existe más gama de grises que blancos y negros en este espectro de opciones.

REFERENCIAS IN VIVO

No se acaba aquí la complejidad del tema pues sea cual sea la opción debe plantearse en base a una equidad de mínimos  (cubriendo los riesgos corrientes, coste efectivos, y los catastróficos)para todos los ciudadanos del estado, y además la opción no debe ser discrecional de cada CA ni basarse en la economía cíclica y debe garantizar para una determinada población, con un patrón epidemiológico definió la cobertura publica (cartera de prestaciones y garantías explicitas en su prestación) ofertada en las promesas de valor de la póliza.

Ademases situamos el análisis no en vitro sino en vivo, no deben olvidarse las asignaturas pendientes del sistema tanto en lo relativo al reconocimiento presupuestario, de los déficits acumulados en la crisis del 2008 (en gastos corrientes y en inversiones) que no solo está vigente sino que ha sido corregida y aumentada en la crisis del 2020,por la epidemia del covid, con los costes adicionales de su abordaje, y por los ocultos, pero reales de recuperar la actividad corriente perdida durante este periodo y además no puede dejarse de lado, una necesidad sentida desde hace años y que ahora hace insoslayable su abordaje como es la actualización de los salarios de los profesionales del sistema, lo que aun hace más complejo convertir en realidad la buena voluntad expresada por tantos de mejorar la financiación del Sistema Nacional de Salud.

LA TRISTE REALIDAD

No esta España para tirar cohetes con una situación económica, replica de la que ya existía antes de marzo, convertida en tsunami por mor del covid pues casi el 30% de nuestro PIB y empleo es en base de la construcción y el turismo que han sido los sectores más afectados en la crisis del 2008 y el 2020.

Llegarán 140.000 millones de euros de ayudas europeas, la mitad en subvenciones y el otro 50% en créditos a devolver, pero tanto unos como otros no serán recurrentes por lo que podrán servir para tapar agujeros e invertir en futuros (sobre todo esto) pero no son solución para la Salud con una estructura de costes enormemente inelástica, salvo tal vez para una actualización tecnológica urgente.

¿COMO HACERLO POSIBLE?

¿Qué debemos pues hacer? La solución no es fácil pero posiblemente esta podría venir como ya he apuntado antes por un mix de las alternativas construidas a partir de un pacto de estado que deje de lado las visiones partidistas de corto plazo.

Pasar de un Estado de Bienestar a una Sociedad de Bienestar me parece imprescindible por su valor de catalizador del cambio del modelo social, estructurando su financiación en base los impuestos para la cobertura de las prestaciones básicas y las aportaciones plus de los ciudadanos para lo complementario o lo menos coste efectivo.

Estimular una de las grandes transformaciones pendientes del sector público como es la empresarialización de sus actuaciones manteniendo la titularidad pública pero situándola bajo el paraguas del derecho privado para estimular la eficacia y la eficiencia y así poder llevar a cabo modelos de colaboración público/privado y convertir en finalista, de manera homogénea para todas las CCAA, los recursos necesarios que el aseguramiento publico precisa para cumplir con sus promesas de valor siendo en todo caso la variable de ajuste el contenido de la póliza.

CODA

No tiene porque la solución, seguro que existen muchas otras opciones, pero solo, en base al ya citado pacto de estado asumido por todas las fuerzas políticas con la complicidad de la sociedad podrá abordarse esta propuesta o cualquier otra, que quiera realmente hacer posible de verdad, este desiderátum social de más dinero para la Salud, que solo con la buena voluntad, resultante de la emotividad del momento será imposible.
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