Valor en salud
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La aplicación de la Inteligencia Artificial para una prevención sanitaria eficaz

La aplicación de la Inteligencia Artificial para una prevención sanitaria eficaz

Marisa Merino
Directora gerente de la OSI Bidasoa - Osakidetza   /   02-11-2022   /   0 COMENTARIOS   /  A+ | a-
En el escenario actual, la atención sanitaria se ha convertido en una preocupación primordial para todos. Ahora más que nunca, debemos tener en cuenta los determinantes sociales de la salud si queremos obtener resultados eficaces a nivel individual y en la población. Para ello, la coordinación con los distintos agentes que forman parte del ecosistema de la salud es fundamental. Desde el sistema sanitario debemos insistir en la atención preventiva y la adopción de hábitos saludables, para hacer frente al continuo aumento de las enfermedades relacionadas con el estilo de vida y sus complicaciones.

La inteligencia artificial (IA) permite a las máquinas pensar como los humanos, personalizando la información, reconociendo patrones y optimizando los resultados. Puede transformar la atención sanitaria gracias a su capacidad para ayudar a los profesionales sanitarios a diagnosticar, controlar a los pacientes, predecir resultados e identificar riesgos de enfermedades. Actualmente la aplicación de la IA en prevención de salud la encontramos fundamentalmente en torno a las siguientes áreas.


Visión artificial

La IA puede utilizarse para identificar enfermedades mediante el análisis de imágenes o videos.  Se ha utilizado, por ejemplo, para analizar imágenes de la retina de los pacientes e identificar de forma precoz retinopatía diabética, degeneración macular, glaucoma, infarto cerebral silente o enfermedad de Alzheimer.

También se ha avanzado en otros campos de la medicina, como en Dermatología y, especialmente, en el campo del Radiodiagnóstico. 


Procesamiento del lenguaje natural

Se puede utilizar la IA para comunicarse con los pacientes y ofrecerles una mejor atención. Esta tecnología puede ser especialmente útil en algunos casos para obtener su información de forma no invasiva. También puede ayudar a hacer un seguimiento de sus síntomas a distancia.

Existen múltiples ejemplos mediante chatbots, pero también se puede aplicar a mensajes de pacientes o incluso publicaciones en redes sociales para identificar psicopatías y poder intervenir de forma precoz.


Modelos predictivos

La IA es capaz de contribuir, por ejemplo, al diagnóstico en el laboratorio de distintos tipos de cáncer, o puede detectar la enfermedad de Parkinson a partir de la risa, aplicando técnicas de reconocimiento de voz y aprendizaje automático.

Sin embargo, la aplicación más común en la sanidad es la monitorización de pacientes, con herramientas diseñadas para rastrear y controlar datos como el pulso, la presión arterial, la temperatura, los niveles de oxígeno, etc. Estos sistemas permitirán a los profesionales sanitarios seguir la evolución de los pacientes e identificar cualquier anomalía antes de que sea grave.

Por otro lado, es especialmente interesante también la aplicación de la IA para ayudar en el descubrimiento de nuevos fármacos y en el apoyo a la prescripción. Con esta tecnología, los médicos pueden identificar el fármaco más adecuado para cada paciente en función de su historial y sus síntomas. Además, la IA puede ayudar a identificar los efectos secundarios de los distintos fármacos, diseñar una dosis eficaz de cada uno de ellos y ayudar a los pacientes a cumplir su programa terapéutico.

La historia clínica electrónica inteligente, con algoritmos integrados, sería muy útil para identificar a las personas con mayor riesgo y poder actuar sobre ellas para prevenir la enfermedad o sus complicaciones.


Consideraciones éticas

Ante cualquier desarrollo y/o implantación de una solución que integre Inteligencia Artificial, es fundamental tener en cuenta las consideraciones éticas. El Grupo de Expertos de Alto Nivel en Inteligencia Artificial de la Comisión Europea publicó en 2019 el documento Directrices Éticas para la Inteligencia Artificial, que concluye que la IA de confianza debe tener tres componentes:
 
- Debe ser legal, garantizando el cumplimiento de todas las leyes y los reglamentos aplicables.
- Debe ser ética, garantizando la adhesión a los principios y valores éticos.
- Debe ser sólida, tanto desde el punto de vista técnico como social, para garantizar que, incluso con buenas intenciones, los sistemas de IA no causen ningún daño involuntario.
 
Conclusión

La Inteligencia Artificial ha demostrado ser una gran herramienta en el ámbito de la prevención sanitaria en muy diversos campos y con una gran potencialidad. Su aplicación para identificar personas de riesgo, detectar precozmente enfermedades, el seguimiento de pacientes para prevenir complicaciones, el apoyo a los tratamientos farmacológicos para prevenir efectos adversos, ajustar dosis o mejorar la conciliación terapéutica, entre otros, posicionan a la IA como una herramienta de enorme valor.

La integración de datos de distinto tipo y diversos orígenes junto con la utilización de herramientas de IA permitirá diagnósticos más precisos, precoces e intervenciones más eficaces, efectivas y personalizadas, ofreciendo una mejor atención. La utilización en programas de cribado podría mejorar mucho la eficacia de estos, optimizando recursos.

Se necesitan cambios reales en los sistemas de salud, orientados a políticas saludables, que pongan el foco en la atención a las personas y una mejor implementación de las diferentes estrategias de prevención sanitaria.
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