11-01-2018
Entrevista a ESTEBAN DE MANUEL KEENOY Director del Centro de Investigación en Cronicidad Kronikgune El Departamento de Salud del Gobierno Vasco a través de Kronikgune, centro vasco de investigación en cronicidad, promueve y desarrolla la investigación en gestión y organización de servicios sanitarios y sociosanitarios aprovechando las capacidades existentes en Osakidetza –Servicio Vasco de Salud que persigue la adaptación continua y transformación del sistema sanitario para hacer frente a retos como los derivados de la vejez, cronicidad y dependencia, manteniendo a las personas en el centro del sistema y facilitando la conexión con otros agentes y sectores en este ámbito.
A lo largo de estos años como director de Kronikgune, ¿qué destacaría de la evolución de la asociación y los proyectos emprendidos?
Kronikgune a lo largo de estos años se ha consolidado. A nivel estatal coordinamos REDISSEC, la red de excelencia en investigación de servicios sanitarios y enfermedades crónicas, dependiente del ISCIII. El director científico es el doctor José María Quintana. A nivel europeo, en los últimos cinco años hemos participado o estamos participando en 15 proyectos de ámbito europeo de diferentes convocatorias, programa marco, Horizonte 2020, programa de Salud y otros. Tres de esos proyectos los coordinamos desde Kronikgune. Son proyectos en el ámbito de la cronicidad, de la E-salud y de los servicios sanitarios. Quizá una de las mayores satisfacciones es que en ellos han participado más de 300 profesionales de Osakidetza.
Hablando de proyectos, ¿cuál es el objetivo de los planes individualizados de atención enmarcados en el proyecto C3-cloud?
El proyecto busca organizar la atención en torno al paciente y no a la enfermedad, teniendo en cuenta sus múltiples condiciones físicas y psicosociales. C3CLOUD pretende desarrollar una arquitectura integrada de atención centrada en el paciente teniendo en cuenta las realidades de la multimorbilidad. Permitirá el desarrollo de planes de atención personalizados para este tipo de pacientes. Los objetivos y actividades de estos planes estarán basados tanto en el juicio clínico de los profesionales como conciliación sistemática y semiautomática de las recomendaciones basadas en la evidencia científica y la participación informada de los pacientes y sus informales cuidadores.
Según el último informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), publicado el pasado 10 de noviembre, España, con una media de 83 años, es el segundo país de la organización con mayor esperanza de vida, ¿qué medidas se deberían tomar? En primer lugar continuar así. Tener una alta Esperanza de Vida es todo un éxito. Se debe a factores extra sanitarios pero también sanitarios. Ahora el reto está en asegurar calidad a los años de vida. Y por supuesto asegurar la sostenibilidad del Estado del bienestar, incluida la sanidad pública. Eso exige una serie de acciones entre las cuales, la financiación adecuada no es la menor de ellas. El aumento de la cronicidad es una realidad para un futuro inmediato, ¿cómo cree que afectará al Sistema Nacional de Salud? Está afectando ya. Tenemos un sistema muy bueno para reaccionar frente a situaciones y demandas agudas y puntuales. Para la cronicidad necesitamos un sistema más proactivo, que asegure la continuidad de la atención y que permita coordinar las intervenciones y actividades de diferentes profesionales. Todo ello va a requerir transformaciones en el sistema en la línea de lo que ya se apunta por parte de las políticas a nivel de la OMS, Unión Europea y Sistema Nacional de Salud. Las comunidades autónomas con más o menos intensidad están empezando a actuar para afrontar este reto. En Euskadi llevamos ya varios años trabajando intensamente en esta dirección. En referencia al grave problema de la cronicidad, ¿ qué papel debería asumir la Atención Primaria en las distintas políticas de abordaje de la cronicidad? Yo no le llamaría grave problema. Yo le llamaría gran reto. Lo mismo que hemos dicho del envejecimiento y de la Esperanza de Vida, se puede decir de las enfermedades crónicas. Lo que hace unos años eran enfermedades agudas mortales, ahora son enfermedades crónicas. Y ello es el resultado del buen hacer y nivel de nuestros sistemas de salud. Que la diabetes sea hoy en día una enfermedad crónica y un paciente viva con ella muchos años, quiere decir que ha habido tratamientos efectivos para ella y sus complicaciones. Hace unos años, hubiera fallecido en una fase mucho más temprana desde su diagnóstico. Lo mismo se puede decir de otras enfermedades crónicas como la bronquitis crónica o la insuficiencia cardíaca. Se trata de ver la botella medio llena y no medio vacío. Como decía anteriormente el reto está en la calidad de vida, en la calidad de los años en los que se convive con la enfermedad, y por supuesto en la sostenibilidad del sistema de salud. En cuanto a la atención primaria, no porque se haya dicho mucho, deja de ser verdad. La atención primaria es clave en la gestión de la cronicidad. Es el punto del sistema que permite gestionar esos tres elementos que comentaba anteriormente, la anticipación a los problemas, la continuidad de los cuidados y la multidimensionalidad. Desde la atención primaria es donde mejor se puede realizar la gestión centrada en los pacientes y la coordinación de todas aquellas intervenciones por parte de diferentes profesionales de la salud que se requieran. A día de hoy, ¿qué papel están jugando la e-Salud y el uso de tecnologías en el abordaje de la cronicidad?
En mi opinión está siendo crítico. La historia clínica electrónica es un instrumento potentísimo no solo para compartir información entre diferentes profesionales sino para poder coordinar sus intervenciones. La receta electrónica es importantísima para la gestión de la polifarmacia una de las cuestiones más relevantes en los pacientes crónicos. Las webs con información de Salud y la carpeta personal permiten a los pacientes y a sus cuidadores tener más información, empoderarse y, por lo tanto, estar más capacitados para poder decidir sobre su propia salud. La revolución digital, que ya ha transformado nuestras vidas y economía, ya está transformado el sistema de salud. Y yo estoy seguro que nos queda mucho por ver.
En cuanto al abordaje de la cronicidad, poniendo la mirada en los pacientes y los sistemas sanitarios, en su opinión, ¿cuál sería el punto de encuentro más idóneo? El centro y el punto de encuentro más idóneo son los propios pacientes. Es reconocer que aunque a veces no nos demos cuenta, son ya el centro del sistema. De las 8760 horas que tiene un año, el 99% los pacientes están solos y deciden solos. De hecho ya hoy en día son los pacientes los que más deciden sobre ellos mismos, el problema es si esas decisiones son las correctas. Deciden cosas como cuándo acuden a ver a su médico de familia, en qué casos, cuándo van a urgencias, si se toman la medicación como se les ha prescrito y muchas otras cuestiones. El reto está en cómo optimizar la calidad de esas decisiones de cara a lograr los mejores resultados para su salud y su calidad de vida. El sistema sanitario tiene que apoyar y facilitar que esa toma decisiones sea informada. Forma parte de los grandes retos de reforma que tenemos. Ahora se está haciendo mucho hincapié en la evolución de Resultados en Salud, ¿son también necesarios e importantes para el abordaje de la cronicidad? ¿En qué aspectos? A mí me parece estratégico y también crítico. Los resultados en salud deben ser los elementos clave que informen y orientan las decisiones de todos los actores del sistema: de los propios pacientes, de los clínicos y de los gestores. Hay algunas experiencias interesantes (los contratos en base de riesgos compartidos, las experiencias de Patient Reported Outcomes Measures (PROM), la utilización de cuestionarios de calidad de vida y otras). Pero, por ahora, estamos empezando. Forma parte también del vuelco que hay que dar a nuestras organizaciones. Finalmente, ¿queda mucho por hacer en el abordaje de la atención a personas con enfermedades crónica? Sí, claro. De lo dicho anteriormente se deriva que hay muchas cosas por hacer, pero empezar por mantener lo que ya tenemos. Tenemos un sistema sanitario universal y con una amplia cartera de prestaciones. Los niveles de equidad son muy buenos aunque mejorables. Mantengamos éso. Y además empecemos a abordar y profundicemos en los cambios estructurales que requieren los tres pilares que comentaba anteriormente la proactividad, la continuidad y la coordinación de la multidimensionalidad necesaria para atender a los pacientes crónicos. |
“A nivel europeo, en los últimos cinco años hemos participado o estamos participando en 15 proyectos de ámbito europeo de diferentes convocatorias, programa marco, Horizonte 2020, programa de Salud y otros. Tres de esos proyectos los coordinamos desde Kronikgune. Son proyectos en el ámbito de la cronicidad, de la E-salud y de los servicios sanitarios. Quizá una de las mayores satisfacciones es que en ellos han participado más de 300 profesionales de Osakidetza“ “Para la cronicidad necesitamos un sistema más proactivo, que asegure la continuidad de la atención y que permita coordinar las intervenciones y actividades de diferentes profesionales. Todo ello va a requerir transformaciones en el sistema en la línea de lo que ya se apunta por parte de las políticas a nivel de la OMS, Unión Europea y Sistema Nacional de Salud. En Euskadi llevamos ya varios años trabajando intensamente en esta dirección” “Tener una alta Esperanza de Vida es todo un éxito. Se debe a factores extra sanitarios pero también sanitarios. Ahora el reto está en asegurar calidad a los años de vida. Y por supuesto asegurar la sostenibilidad del Estado del bienestar, incluida la sanidad pública. Eso exige una serie de acciones entre las cuales, la financiación adecuada no es la menor de ellas” “La atención primaria es clave en la gestión de la cronicidad. Es el punto del sistema que permite gestionar esos tres elementos que comentaba anteriormente, la anticipación a los problemas, la continuidad de los cuidados y la multidimensionalidad. Desde la atención primaria es donde mejor se puede realizar la gestión centrada en los pacientes y la coordinación de todas aquellas intervenciones por parte de diferentes profesionales de la salud que se requieran” “Los resultados en salud deben ser los elementos clave que informen y orientan las decisiones de todos los actores del sistema: de los propios pacientes, de los clínicos y de los gestores. Hay algunas experiencias interesantes (los contratos en base de riesgos compartidos, las experiencias de Patient Reported Outcomes Measures (PROM), la utilización de cuestionarios de calidad de vida y otras). Pero, por ahora, estamos empezando. Forma parte también del vuelco que hay que dar a nuestras organizaciones” |