Valor en salud
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Actualidad - Entrevistas

06-04-2016

Entrevista a JOSÉ MANUEL ALDAMIZ-ECHEVARRIA IRAURGI

Miembro del Comité Organizador de las XIII Jornadas de Gestión y Evaluación en Salud

Patrono de la Fundación

Gerente Áreas I y II de Zaragoza. Miembro del Comité Organizador de las XIII Jornadas de Gestión y Evaluación en Salud

 

¿Cuál es su experiencia profesional y cuánto tiempo lleva en la actividad actual?

 

Soy médico e hice el MIR de Familia en el Hospital San Jorge de Huesca, del año 86 al 89. Desde el 90 he trabajado, sobre todo, en gestión pacientes y sistemas de información, los 13 o 14 primeros años en el Hospital San Jorge, llevando Admisión, Documentación Clínica y Sistemas de Información y, después, Informática también. Luego estuve, casi dos años, en una Subdirección del 12 de Octubre, que llevaba las mismas áreas y contenido.

Durante cinco años fui gerente, en un sector sanitario, llevando Primaria y Especializada, el sector de Barbastro (Huesca), con una población de más de 100.000 habitantes, y un hospital de agudos de unas 180 camas y, también, jefe de Gabinete del Consejero, menos de un año, en Aragón. Y, luego, volví a los sistemas de información, al principio, y, después, otra vez a los sistemas de información y a la gestión de pacientes hasta, hace seis u ocho meses, que me incorporé como gerente de dos Áreas Sanitarias, la I y II de Zaragoza, unos 500.000 habitantes, con tres hospitales de agudos y unos 35 centros de Atención Primaria en dos sectores distintos.

  

¿Qué destacaría como lo mejor de su carrera profesional?

 

Lo que más a gusto, mejor me he sentido, es gestionando y trabajando con personas, en equipo, desarrollando equipos de personas que trabajen y se sienten bien. Me da igual cualquiera de los sitios donde he estado porque, de todos, tengo buenos recuerdos y amigos y, en todos, he sentido que construíamos.

 

 

¿Y lo peor?

Hacer daño a la gente, que he intentado evitarlo siempre, pero no siempre lo he conseguido. Cada vez que me ha pasado, que me ha pasado pocas veces, para mí es un fracaso.

A ver, gestionar personas, nosotros trabajamos en empresas de servicios en las que personas atienden a personas. Es vital que las primeras personas, las que atienden, estén bien, porque si están bien son capaces de transmitir paz, tranquilidad, sensaciones que, para el paciente, en sí mismas, son terapéuticas. Y, si esas personas están mal, generan un ambiente que al paciente se le transmite y, aunque pueda costar creerlo, los resultados no son los mismos. Entonces, cuando tú no llegas a las primeras personas, y a veces pasa, porque hay que tomar decisiones, y no todo se entiende o no todo es posible, fracasas. Es pocas, porque siempre intento evitarlo pero, alguna vez, sé que me ha pasado, y, en ese sentido, siento que fracaso porque, además, mi organización tiene una peculiaridad: que se mantiene en el tiempo. Y, cuando tú, consciente o inconscientemente, en mi caso inconsciente, casi siempre, no alcanzas los objetivos que alguien espera de ti, estás haciendo daño, durante mucho tiempo, a la organización, porque esa gente sigue ahí. No sé si me explico.

¿Cómo ve el futuro?

Eso es como el yin y el yang, hay días que soy optimista y otros que menos. En general tengo tendencia a ser optimista. Siempre creo, la vida me ha demostrado y, sobre todo, las personas otra vez me han demostrado, que hay muchísima más capacidad de la que uno, a veces, es capaz de ver, el truco está en ver, en no dejarse llevar por ese ruido de alrededor que, en ocasiones, te parece que todo está al revés, que todo es imposible. Si tu consigues, en cada momento, encontrar al que está fuerte y, si estas con gente, siempre hay alguien que está fuerte, al final consigues avanzar. En mi organización se avanza muy despacio, cada vez mueves un milímetro, pero ese milímetro, durante muchos milímetros y mucha gente, al final, consigue que tengamos un Sistema de Salud que todo el mundo reconoce como muy bueno, y eso es un trabajo de todos. Y el poder participar en un Sistema de Salud, que todo el mundo dice que es muy bueno, e intentar contribuir a que, al menos, sea un poquito mejor o que siga siendo muy bueno, me parece una oportunidad y un orgullo y, en ese sentido, soy positivo. No creo que esté amenazado eso.

Como nuevo patrono, ¿cómo ve el futuro de la Fundación?


Lo veo más apasionante porque, realmente, desde fuera, soy muy nuevo como patrono, sí que creo que hay un cierto componente de identidad, que es importante reforzar. Hay sambenitos, por decirlo de alguna manera, que sería bueno quitarse de encima, y hay que aprovechar el potencial que tiene una idea, que fue brillante en su momento, y que es vigente hoy en día. Hay aspectos muy buenos del trabajo de la Fundación, que se han mantenido durante el tiempo, y nos toca entrar en el mundo moderno, competir en un segmento volátil, en el que probablemente lo físico tiene menos valor que lo lógico, en el sentido de los datos, la movilidad, en general, lo que serían las redes sociales. Realmente nosotros tenemos que tener una presencia virtual, mucho más potente que la presencia real, porque “desvirtualizar” es algo que hacen los nativos virtuales, o los potentes virtuales, cuando generan suficiente expectativa como para que los demás quieran saber quiénes son. Creo que ese es el mundo que nos toca por abordar y el reto que tenemos en este momento. Es un reto bonito y hay muchas posibilidades, porque hay mucho detrás, mucho.

Lo que mejor me he sentido es gestionando

y trabajando con personas, en equipo,

desarrollando equipos de personas que

trabajen y se sienten bien. Me da igual

cualquiera de los sitios donde he estado

porque, de todos, tengo buenos recuerdos

y amigos y, en todos, he sentido que construíamos



 



"Trabajamos en empresas de servicios en

las que personas atienden a personas. Es vital

que las primeras personas, las que atienden,

estén bien, porque si están bien son capaces

de transmitir paz, tranquilidad, sensaciones

que, para el paciente, en sí mismas, son terapéuticas.

Y, si esas personas están mal, generan un ambiente

que al paciente se le transmite y, aunque pueda

costar creerlo, los resultados no son los mismos"


"En mi organización se avanza muy despacio,

cada vez mueves un milímetro, pero ese milímetro,

durante muchos milímetros y mucha gente, al final,

consigue que tengamos un Sistema de Salud que

todo el mundo reconoce como muy bueno, y eso es un trabajo de todos"