Valor en salud
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Actualidad - Entrevistas

15-06-2023

José María Quintilla

Hospital Sant Joan de Déu (Barcelona)

Premio 20.ª edición de los Premios Profesor Barea 2022 en la modalidad “Transformación de procesos y progreso tecnológico”

 

Simulación clínica integrada en el trabajo como elemento de resiliencia individual, de equipo y de organización

Autores: D. José M. Quintillá Martínez, Dña. Gemma Claret Teruel, D. David Muñoz Santanach, Dña. Laura Almeida Toledano, Dña. Silvia Ferrero Martínez y Dña. Patricia Ferrer Aguilar

José M. Quintillá Martínez es pediatra experto en Simulación Clínica y Urgencias Pediátricas y jefe de la Unidad de Simulación Clínica en el Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona. Él fue el encargado de recoger el premio al trabajo Simulación clínica integrada en el trabajo como elemento de resiliencia individual, de equipo y de organización en la modalidad de Transformación de procesos y progreso tecnológico de la 20.ª edición de los Premios Profesor Barea de la Fundación Signo. Estos galardones reconocen la labor de personas e instituciones que trabajan en proyectos inéditos o experiencias novedosas que suponen una mejora en la gestión y/o evaluación en el sector salud.

 

El fruto de este trabajo ?impulsado por el Hospital Sant Joan de Déu (Barcelona)? ha sido el diseño y la implementación de una estrategia de intervención basada en simulaciones clínicas integradas en el trabajo cotidiano del hospital, que recogen aprendizajes de los que se derivan propuestas de mejora del sistema de trabajo. ¿Puede exponer de forma breve en qué consiste este proyecto y cuál es el estado en el que se encuentra su implementación?

 

Este proyecto consistió en proporcionar a los equipos de trabajo de tres unidades asistenciales del hospital (Urgencias, Hospitalización y Sala de Partos) las herramientas necesarias para realizar sesiones de simulación clínica integradas en el trabajo y en implementar un sistema de recogida de los aprendizajes generados en dichas sesiones, a través de dispositivos móviles utilizando un código QR de acceso a un formulario estructurado. Se recogían dos tipos de aprendizajes: por un lado, relacionados con los comportamientos de las personas y, por otro lado, propuestas de mejora del sistema de trabajo. Los primeros se compartían con todos los profesionales de la unidad y los segundos se planteaban a los responsables para valorar modificaciones estructurales o procedimentales.

El proyecto como tal se implementó en las primeras semanas de la pandemia y sirvió para acelerar la resiliencia de las personas y de la organización ante el reto de atender emergencias en pacientes con sospecha o confirmación de COVID. Posteriormente se han seguido utilizando estrategias incluidas en este proyecto inicial para otras acciones implementadas en el hospital: recogida de aprendizajes de los profesionales de primera línea a través de códigos QR, simulaciones in situ con objetivo mixto (entrenamiento y mejora del sistema).

Como comentaba, el proyecto nació para dar respuesta a una necesidad específica en el contexto de la pandemia COVID-19. ¿Cómo surgió la idea? ¿Cómo se ha dado respuesta a esa necesidad detectada?

La idea surgió en la Unidad de Simulación Clínica al plantearse el reto de proporcionar oportunidades de aprendizaje tanto a los individuos como a la organización con el mayor impacto posible en el menor tiempo posible y en un contexto muy exigente: personas de soporte a la formación confinadas, equipos de trabajo organizados en turnos con horarios “estancos” sin posibilidad de cambio y sin posibilidad de interacción con personas de diferente equipo, situación clínica nueva con alta incertidumbre, impacto emocional colectivo…

Se decidió “entregar” la simulación a los equipos asistenciales de primera línea preparando una documentación muy completa que les permitiera realizar las sesiones de forma autónoma en el momento que ellos decidieran en función de la carga de trabajo. El personal de la Unidad de Simulación se encargaba de recoger, clasificar y vehiculizar los aprendizajes y de buscar respuesta a las dudas que iban surgiendo cada día.

Los aprendizajes que tenían que ver con comportamientos de las personas se recogían en un documento que se compartía con todos los profesionales de la unidad, en forma de sucesivas actualizaciones. Las propuestas de mejora del sistema de trabajo se enviaban a los responsables de cada unidad y también a la Dirección de Seguridad del Paciente, para que pudieran valorar cada propuesta y priorizar los cambios aceptados. Por último, se buscaban respuestas a las dudas que iban surgiendo y se enviaban también a todos los profesionales.

Las simulaciones clínicas, ¿qué utilidad tienen para una organización sanitaria? ¿Cómo se realizan las simulaciones clínicas en este modelo de intervención?

Como idea general, la simulación clínica es una herramienta de aprendizaje muy potente, tanto para individuos, como para equipos de trabajo, como para la propia organización. Y cuando digo aprendizaje no me refiero a “formación”, sino a un concepto mucho más amplio: entender retos, dificultades y adaptaciones y acelerar el cambio. Las personas, los equipos y las organizaciones están continuamente adaptándose a las exigencias de la realidad a partir de la reflexión consciente o inconsciente sobre los resultados de sus propias decisiones. Con la simulación proporcionamos el mismo tipo de aprendizaje cotidiano, pero de forma controlada y segura. Por eso, el lema de nuestra Unidad de Simulación es “Aprender de la vida antes de que suceda”. Nos gusta ver la simulación en una organización sanitaria no como una metodología docente, sino como una herramienta de diseño: las personas diseñan su propio “yo profesional” futuro, los equipos diseñan cómo quieren funcionar e interactuar y la organización diseña los mejores sistemas de trabajo.

En este modelo de intervención las simulaciones se realizan totalmente integradas en el trabajo, por equipos de personas que trabajan juntos y centrando las reflexiones en solucionar sus problemas concretos. Y los aprendizajes específicos que se generan en cada pequeño grupo que participa en una simulación se comparten con los demás para favorecer el cambio en las personas y en la propia organización.

Esta intervención, implementada en las tres áreas del hospital que señalaba anteriormente, ha tenido resultados positivos a nivel de individuo, de equipos de trabajo y de organización. ¿Cuáles son los resultados más destacables?

 

En menos de 2 meses se consiguieron efectos importantes sobre las personas, sobre los equipos de trabajo y sobre los sistemas:

- Los profesionales que participaron valoraron individualmente la intervención, la consideraron muy útil para su trabajo (> 99 %) y expresaron que había aumentado su confianza para enfrentarse a situaciones de emergencia en pacientes COVID (78.9 %).
- La iniciativa permitió identificar 15 aprendizajes relevantes sobre comportamientos de equipo, específicos para ese tipo de situaciones, que se incorporaron a la forma de trabajar. Además, sirvió para encontrar solución a 17 dudas asistenciales que el protocolo original no contemplaba y que los profesionales no habían resuelto por sí mismos.
- Esto permitió acelerar enormemente la adaptación de un procedimiento escrito a la realidad. En poco tiempo se tuvo una segunda versión del protocolo mejorada a partir de la experiencia de profesionales de primera línea.
- Por último, se propusieron 31 mejoras del entorno de trabajo, que permitieron optimizar la estructura y la funcionalidad de las unidades.

¿Qué objetivos de los planteados al inicio del proyecto se han conseguido y cuáles suponen todavía un reto?

Fundamentalmente se consiguió acelerar la resiliencia de las personas y de la organización ante una situación nueva y de alto reto. También se comprobó la factibilidad de integrar la simulación en el trabajo de forma autoadministrada por los equipos y su utilidad como herramienta de mejora de los sistemas de trabajo.

Aunque se compartieron los aprendizajes generados entre todos los profesionales, es necesario profundizar más en estrategias de difusión que potencien el aprendizaje colectivo.

Como ha explicado, este modelo de intervención recoge resultados de experiencias simuladas para generar aprendizajes que permiten anticiparse a lo que puede suceder, lo que supone una ventaja para la gestión sanitaria. ¿Qué aporta el trabajo al ámbito de la gestión y/o la evaluación en salud?

Gestionar implica tomar decisiones sobre los elementos que configuran el trabajo en el entorno de salud (personas, recursos, tareas, equipamientos, procedimientos…). Las disciplinas del conocimiento que estudian el trabajo humano nos dicen que existen diversas perspectivas sobre él que nunca se solapan completamente: no es exactamente lo mismo el trabajo tal y como se imagina (“work-as-imagined”), tal y como se explica (“work-as-disclosed”), tal y como se define en procedimientos (“work-as-prescribed”) o tal y como se hace en realidad (“work-as-done”). La simulación permite tomar decisiones organizativas y asistenciales basadas en experiencias, no sólo en lo que nos imaginamos sobre el trabajo. Esto supone gestionar acercando work-as-imagined y work-as-done.

¿Qué hace único a este trabajo? ¿Cuáles son sus características más novedosas o diferenciadoras en relación a otros similares?

Habitualmente se utiliza la simulación como metodología docente en actividades programadas de formación. En nuestro caso lo novedoso fue integrarla en el trabajo de forma directamente gestionada por los equipos y hacerlo con objetivos no solo de entrenamiento, sino para identificar propuestas de mejora del sistema de trabajo. También fue significativo crear una estructura estable y ágil para recoger aprendizajes y compartirlos de forma colectiva.

¿Cuál ha sido la metodología empleada para el desarrollo y la implementación de esta intervención basada en simulaciones clínicas? ¿Podría resumirla?

El diseño y la implementación de la iniciativa se realizó en varias etapas, coordinadas desde la Unidad de Simulación Clínica:

1. Reuniones de planificación con el departamento de Seguridad del Paciente y con los responsables asistenciales para identificar los objetivos.
2. Redacción de un manual detallado de implantación de la iniciativa.
3. Creación de formularios de recogida de datos y códigos QR de acceso.
4. Identificación de referentes en cada turno de trabajo.
5. Implementación de las simulaciones.
6. Simultáneamente, revisión periódica de los datos obtenidos y generación de documentos de aprendizaje, dudas y propuestas de mejora del sistema de trabajo.
7. Envío periódico de los documentos generados a todos los profesionales y a los responsables.

¿En qué medida es aplicable o extensible este modelo de intervención clínica a otros hospitales, centros u organizaciones de salud?

El modelo es aplicable a múltiples situaciones y entornos de trabajo. Además, algunos de sus componentes (simulación integrada, simulación como mejora del sistema, aprendizaje colectivo…) se pueden utilizar para optimizar iniciativas que no sean exactamente iguales.

En relación al futuro del proyecto, ¿cuáles serán los próximos pasos? ¿Tenéis nuevos retos?

Los siguientes pasos han estado encaminados a integrar la simulación in situ en varias áreas del hospital de forma continuada, manteniendo los objetivos tanto de entrenamiento como de mejora del sistema y buscando formas de compartir los aprendizajes para hacerlos colectivos. Estamos trabajando en mejores estrategias para compartir los aprendizajes y en fomentar el intercambio entre pares a través de la simulación.

El trabajo Simulación clínica integrada en el trabajo como elemento de resiliencia individual, de equipo y de organización obtuvo el premio en la modalidad de Transformación de procesos y progreso tecnológico de la 20.ª edición de los Premios Profesor Barea 2022 de gestión y evaluación en salud. ¿Qué significa este galardón para los autores y la institución promotora?

Para todos nosotros supone un reconocimiento que valoramos enormemente, porque lo ha sido a un trabajo hecho con ilusión y con el esfuerzo de todos. Es un indudable estímulo para seguir trabajando en la integración de la simulación como herramienta asistencial, conectada con objetivos de cambio que impacten directamente a pacientes, familias y profesionales.


“La idea surgió en la Unidad de Simulación Clínica al plantearse el reto de proporcionar oportunidades de aprendizaje tanto a los individuos como a la organización con el mayor impacto posible en el menor tiempo posible y en un contexto muy exigente”.

 

“Nos gusta ver la simulación en una organización sanitaria no como una metodología docente, sino como una herramienta de diseño: las personas diseñan su propio “yo profesional” futuro, los equipos diseñan cómo quieren funcionar e interactuar y la organización diseña los mejores sistemas de trabajo”.

 

“La simulación permite tomar decisiones organizativas y asistenciales basadas en experiencias, no sólo en lo que nos imaginamos sobre el trabajo. Esto supone gestionar acercando work-as-imagined y work-as-done”.

 

“Habitualmente se utiliza la simulación como metodología docente en actividades programadas de formación. En nuestro caso lo novedoso fue integrarla en el trabajo de forma directamente gestionada por los equipos y hacerlo con objetivos no solo de entrenamiento, sino para identificar propuestas de mejora del sistema de trabajo”.