Valor en salud
Valor en salud
Valor en salud

Actualidad - Entrevistas

24-10-2012

Julio Villalobos

Experto en Gestión Sanitaria


¿Cuánto tiempo llevas?

Mi trayectoria profesional es un poco atípica. Inicialmente estudié Ingeniería Industrial en Barcelona y empecé a trabajar en los Servicios de Neurología del Hospital de San Pablo y de la Clínica Corachan de Barcelona en temas de Ingeniería Biomédica. Me entusiasmó tanto el tema que me llevó a realizar la carrera de Medicina. Al finalizar, y para desarrollar un Sistema informático en tiempo real en la Unidad de Medicina Intensiva en el Hospital Nuestra Señora del Pino, me trasladé a Las Palmas, donde hice la entonces naciente especialidad de Medicina Intensiva. En el año 85, dada mi doble formación, me ofertaron hacer el curso de la entonces naciente Escuela de Gerencia Hospitalaria. Con ese bagaje y muchísima ilusión, empecé en 1986 a desarrollar las funciones de Subdirector Gerente del entonces denominado Complejo Hospitales Nuestra Señora del Pino y Materno-Infantil de Las Palmas. Ahí empezó mi carrera de gestor sanitario, el mismo año en que se aprobó la Ley General de Sanidad, hace 25 años. Desde entonces, me he dedicado a la gestión sanitaria, tanto en el entorno público como en el privado.

¿Qué ha sido lo mejor?

 

Los mejores momentos que recuerdo han sido las etapas de realización de proyectos colectivos innovadores, liderando equipos directivos sólidos, con una visión nueva de lo que era la gestión hospitalaria, y digo sólidos porque en algunos casos, como en el del Hospital Universitario de Las Palmas Doctor Negrín, todavía persisten los equipos directivos que creamos en los años 90. Por otro lado, me enorgullece haber sido pionero, junto con los directivos y muchos profesionales de los hospitales, de algunas iniciativas innovadoras a nivel español, como fue la implantación de la cirugía mayor ambulatoria o los cuidados paliativos. Tengo también el orgullo de haber participado en el diseño del Hospital Doctor Negrín de Gran Canaria, que para mí sigue siendo uno de los hospitales mejor diseñados en España y con algunas novedades, como el transporte robotizado, que sólo después de muchos años han empezado a implantarse en otros hospitales del país.

 

¿Qué ha sido lo peor?

Siempre he tenido la percepción de que hemos tenido pocos resultados en comparación con el tremendo esfuerzo que hacíamos cada día, junto con el equipo directivo y los profesionales que tiraban hacia delante de los hospitales en un entorno que no lo favorecía. Probablemente, el recuerdo más amargo que puedo tener de mis años de gestión es la dificultad para hacer realidad las promesas y compromisos adquiridos con mis directivos y los profesionales implicados en proyectos innovadores, muchas veces enfrentados con políticos, sindicatos y sus propios compañeros, que al final han condicionado mi salida de estas organizaciones.

¿Cómo ves el futuro?

Los presupuestos sanitarios son una parte muy considerable de los presupuestos de las comunidades autónomas y, por tanto, si hay que restringir gastos, nuestros presupuestos se verán afectados notablemente. Creo que durante muchos años no hemos sido un modelo de eficiencia, gastando mucho más de lo que nos hubiéramos podido permitir sin generar déficit y además no hemos sido capaces de resolver el problema en tiempos de bonanza económica, lo que hace mucho más difícil resolverlo en un entorno de crisis. Creo que necesitamos la implicación de todos: políticos, gestores, profesionales sanitarios y usuarios. Los primeros para marcar las prioridades y comunicar con valentía sobre que Sistema Sanitario nos podemos permitir y volver a una necesaria integración del Sistema de Salud donde prime la equidad y la eficiencia. Necesitamos urgentemente una profesionalización de los directivos, desligándola de la política y dirigiéndola hacia los objetivos del sistema de salud. Los profesionales sanitarios, como máximo activo del sistema, deben reorientar sus objetivos a los del sistema de salud y los usuarios colaborar más en sus autocuidados y ser conscientes del coste de su atención y de los límites de la misma. Creo que si todos actuamos coherentemente, podemos reorientar nuestro Sistema de Salud, uno de los mejores del mundo, pero esto no se hará de forma inmediata, si no que nos costará no menos de cinco años.

¿Cómo ves a la Fundación Signo?

 

Recuerdo con gran cariño cuando empezó el Proyecto Signo, la primera jornada en Hellín, con un éxito de asistencia que ninguno esperábamos. Fue una ilusión compartida, porque Signo encauzaba las ansias que teníamos un grupo de gerentes por poner en común la gestión diaria que hacíamos. Creo que los primeros años del Proyecto Signo fueron apasionantes, porque teníamos mucha ilusión, pero evidentemente, cuando las ideas maduran, es más complejo mantenerlas vivas. Luego se creó la Fundación y creo que como mecanismo permanente para mantener las ideas que generó el movimiento del Signo es muy importante, por lo que pienso que tenemos que tener cuidado de que no se pierda esa ilusión inicial y se convierta en una organización burocrática y pasiva.

En la Fundación Signo estamos pensando en abrir una línea para reconocer a profesionales que han aportado cambios y mejoras en la asistencia, ¿qué opinas de este proyecto que está en sus inicios?

 

Creo que reconocer la labor de las personas motiva. Creo que los profesionales sanitarios, especialmente los médicos, han pasado de un protagonismo, quizás excesivo, a ser un eslabón más del sistema. En este tránsito se han perdido los nombres propios en la mayoría de las empresas sanitarias, lo cual puede suponer grandes ventajas desde el punto de vista organizativo, pero se pierde el liderazgo, a veces necesario para avanzar. Todo el que haya estado en un hospital o centro sanitario sabe que caminan porque hay una serie de nombres propios que tiran de esa organización. Por tanto, creo que es muy justo que intentemos buscar a aquellas personas que, desde el punto de vista de gestión, clínico, científico, docente o investigador, han sido las locomotoras de los grandes cambios que ha habido en nuestro sistema sanitario, para que a nivel mundial sea reconocido como uno de los sistemas más valorados. Me parece un buen proyecto, pero no va a ser fácil buscar a estas personas de una forma objetiva y consensuada, intentando evitar sesgos de carácter político, regional o corporativo.

 

“Lo mejor es haber sido pionero, junto con mis directivos y los profesionales implicados, de algunos proyectos innovadores a nivel español, como la implantación de la cirugía mayor ambulatoria, la unidad de cuidados paliativos y el diseño del Hospital Doctor Negrín de Las Palmas”

 

 

  

“Creo que necesitamos profesionalización en todos los sentidos y, sobre todo, en la función directiva, desligándola de la politización y dirigiéndola a los pacientes y no a los intereses de los profesionales”