Valor en salud
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Actualidad - Entrevistas

12-06-2012

Raquel Moreno

Responsable del Servicio de Farmacia

Hospital Universitario Infanta Cristina

Premio Profesor Barea 10ª Edición 2012. Modalidad 4

Resultados de un programa de administración de quimioterapia de identificación por código de barras

¿Cuánto tiempo llevas?

Realicé mi formación como especialista en el Complejo Hospitalario de Segovia. Al acabar la residencia me contrataron en el Instituto de Cirugía Especial, perteneciente  a la red de Hospitales de Sanitas. Este centro fue posteriormente trasladado y renombrado como Hospital “La Moraleja”. Recuerdo esta etapa como una fase de enorme enriquecimiento profesional. Trabajar en la sanidad privada me enseñó mucho en relación al cuidado del paciente y a su atención. Unos meses después comencé a trabajar en el servicio de Farmacia del Hospital Universitario Gregorio Marañón. La tecnología aplicada al proceso farmacoterapéutico ha marcado mi visión de un Servicio de Farmacia. En 2008 fuí nombrada responsable del Servicio de Farmacia en el Nuevo Hospital Universitario Infanta Cristina, puesto que ocupo desde entonces. El Infanta Cristina es un hospital que ha crecido gracias al compromiso de todos los profesionales que lo integran y a un esfuerzo sin parangón.

¿Qué ha sido lo mejor?

 

Creo que de cada una de mis experiencias profesionales he extraído algo bueno. La formación en un hospital mediano, con relativa poca especialización, es lo ideal para la formación del especialista, porque permite tener una visión global del trabajo farmacéutico en un hospital. La cercanía de los profesionales, también como compañeros humanos, y el trabajo en equipo es una realidad en estos hospitales. Por otro lado, la satisfacción del paciente es una guía fundamental en la sanidad privada, creo que en la sanidad pública tenemos mucho camino que recorrer a este respecto. Lo mejor a destacar dentro de mi trabajo en el Hospital Universitario Gregorio Marañón fue la tecnología, porque me permitió conocer el impacto que tiene en el trabajo del farmacéutico. La innovación tecnológica es fundamental, no como un fin en sí sino como un medio para optimizar recursos y para mejorar la calidad en la asistencia. Por último, pienso que lo mejor hasta la fecha, en mi trayectoria profesional, ha sido participar en la apertura del Hospital Universitario Infanta Cristina con un equipo caracterizado por su constancia, buen hacer y compromiso.

 

¿Qué ha sido lo peor?

Creo que hay pocos aspectos negativos, porque una vez que pasan, se diluyen y se olvidan. Al final todas las experiencias enriquecen de una forma o de otra. Cerrar capítulos y dejar a compañeros en el camino, es algo que me cuesta mucho, sin embargo, eso condiciona trabajar con nuevos equipos. Empezar de nuevo es un gran reto y un aliciente por sí solo así que lo negativo abre la puerta a nuevas oportunidades positivas y enriquecedoras.

¿Cómo ves el futuro?

Creo que estamos pasando por una época muy difícil, porque la falta de recursos es acuciante y en nuestro hospital lo vivimos día a día. El Servicio de Farmacia ha sido siempre consciente de este aspecto y forma parte de su misión asegurar el Uso Racional de los recursos. Sin embargo, creo que un período de crisis, como éste, propicia el planteamiento de mejoras en el sistema, en concreto en el proceso farmacoterapéutico. Lo importante es identificarlas, tener valentía para hacer cambios y establecer, de una forma muy firme, los valores que regirán las decisiones. Creo que la búsqueda de la eficiencia es prioritaria y que la estrategia es hacerlo de la mano de los profesionales. Pienso que las decisiones que se tomen, vistas con la perspectiva del futuro, serán valoradas positivamente.

Habéis sido ganadores de un Premio Profesor Barea 2012 con el trabajo “Resultados de un programa de administración de quimioterapia de identificación por código de barras”. ¿Qué les motivó a presentarse? ¿Qué ha supuesto el premio?

 

Fundamentalmente nos animóla Gerenciadel centro. Es un proyecto en el que hemos trabajado durante cuatro años con periodos de desánimo debido fundamentalmente a la falta de recursos. Nuestra gerente apostó por el proyecto y por la importancia de difundir el trabajo sobre la mejora que representaba en la calidad asistencial y la seguridad del paciente. Respecto a los investigadores hemos visto reconocido nuestro trabajo simplemente siendo finalistas. Ganar el premio Profesor Barea ha sido un reconocimiento a nuestro esfuerzo y un aliciente para seguir trabajando.

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Sin embargo, creo que un período de crisis, como éste, propicia el planteamiento de mejoras en el sistema, en concreto en el proceso farmacoterapéutico. Lo importante es identificarlas, tener valentía para hacer cambios y establecer, de una forma muy firme, los valores que regirán las decisiones

 

La satisfacción del paciente es una guía fundamental en la sanidad privada, creo que en la sanidad pública tenemos mucho camino que recorrer a este respecto