Valor en salud
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Valor en salud

06-04-2011

Fernando Astorqui

Presidente de las VI Jornadas De Gestión y Evaluación de Costes Sanitarios. Madrid

¿Cuál ha sido tu trayectoria profesional?

Probablemente a ninguno de los que en mi época hicimos la carrera de Medicina y posteriormente una especialidad hospitalaria, se nos pasaba por la cabeza que nuestra vida hospitalaria iba a estar ligada definitivamente en la gestión. Hice la especialidad de Anestesia y Reanimación en Madrid, en la Clínica Puerta de Hierro, y fue al terminar cuando se disgregó en Anestesia y en Intensivos. Posteriormente, llevé la unidad de Cuidados Intensivos del Hospital de Cruces de Bilbao y, a la vez, también hacía anestesia, que era mi especialidad y estaba muy considerada en Puerta de Hierro. Después, me propusieron ser Director del Hospital de Cruces y acepté a regañadientes serlo de manera provisional, para seis meses, que finalmente se convirtieron en seis años. En esa trayectoria, fui el primer Gerente que tuvo el Hospital de Cruces, porque el Insalud pasó de los directores, que éramos médicos reciclados, a sacar unas oposiciones de Gerencia; las aprobé y continué siendo Gerente. En esos año cambió mi trayectoria y mi visión de la gran importancia que tiene la gestión en los hospitales, para hacer una mejor medicina con calidad, siendo eficientes en el gasto  etc. Durante esa etapa pasé a colaborar con los inicios de la Fundación Signo, donde se encontraban todos los pioneros en los temas de gestión y nos mentalizamos en esa línea de trabajo. Posteriormente, me involucré en la gestión del Servicio Vasco de Salud. El Consejero Azkuna me nombró Director de Vizcaya de Osakidetza, donde estuve cuatro años, y luego pasé a la Dirección General de Osakidetza en Vitoria, en la cual estuve dos años. En aquella época, me llamaron de la Fundación Jiménez Díaz para ser Gerente, y acepté gustoso el reto en uno de los centros emblemáticos de la sanidad española. Allí estuve cinco años y medio y en ese período la Fundación Signo marcó la posibilidad de que Madrid fuese el punto de encuentro de las sextas jornadas de gestión.

¿Qué ha sido lo mejor?

Creo que el dedicarte a la gestión te cambia la mentalidad, aunque nunca dejas de ser médico. Creo que todos los que nos hemos dedicado a la gestión hemos aportado cosas al buen hacer de la medicina y ésa es una de las cosas que te quedan. Hemos hecho esfuerzos grandes para convencer a los médicos de que hay que gestionar mejor sus propios servicios y sus propios actos clínicos, con las peleas que eso conlleva. El desarrollo y el avance que ha tenido la medicina española han sido gracias a la calidad científica de cada profesional y de los grupos de profesionales. Los gestores hemos aportado un cambio de mentalización. En mis últimos años de gestión, observé que todos los jefes de servicio te hablaban de gestión, cuando hace años te hablaban sólo para pedirte otro aparato, otra secretaria, otro adjunto, etc. Cambió el discurso gracias a la labor que se ha hecho en la línea de la gestión. Hemos conseguido cambiar la mentalidad, porque hemos conseguido mejorar la calidad, ser más eficientes en el coste y enfocarlo en esa línea, para aprovechar mejor las personas y los recursos económicos.

¿Qué ha sido lo peor?

Lo peor es la incomprensión que he tenido con muchos médicos y muchos compañeros que no entendían decisiones que tenías que tomar en determinados momentos. Las peleas sindicales han sido muy duras, sobre todo en mis primeros momentos en el Hospital de Cruces. Creo que eso entra dentro del juego y al final te acuerdas más de las cosas positivas que de ese planteamiento negativo. No me arrepiento de haberme dedicado a ello, aunque me ha dado pena haber perdido la línea puramente médica, en la que me formaron bien y disfrutaba mucho. En definitiva, creo que he aportado más a la sanidad en esa lucha de eficiencia en gestión y calidad que siendo médico.

¿Cómo ves el futuro?

El futuro, a pesar de que hablamos siempre de la desmotivación y desilusión del profesional, lo veo bien. Creo que ha habido un repunte importante. En primer lugar, creo que la gente, en general, en su formación y en sus inicios como residentes, ahora tiene una mayor preparación, aunque probablemente nosotros teníamos un mayor sentido práctico y sentido común, con una formación mas equilibrada entre la tecnología y el paciente. Quizás a la gente joven le falta valorar lo que les pueden aportar médicos más expertos. Si eso se conjuga, el futuro es francamente bueno. Todos estos jóvenes ya están involucrados en el sistema de gestión, porque ya saben que no sólo es hacer medicina, sino que hay muchas otras cosas que implican una estabilidad de la asistencia sanitaria de cara al futuro. Hay proyectos de integración hospital-atención primaria, hay proyectos informáticos que han cambiado el buen hacer de la medicina, hay mucha más información, etc. Creo que es un futuro halagüeño. El profesional desmotivado y reivindicativo debe desaparecer, para dar paso a los profesionales integrados en la gestión del día a día, con el buen hacer medico.

Vamos a hablar de las Sextas Jornadas de la Fundación Signo, de las que fuiste presidente. ¿Cómo viviste esas jornadas y que destacarías de ellas?

Lo viví emotivamente, porque fue un orgullo representar a un gran centro como es la Fundación Jiménez Díaz. Cuando la Fundación Signo planteó la línea de que fuera Madrid el próximo organizador de las jornadas, con la Fundación Jiménez Díaz como centro aglutinador de los hospitales de Madrid, fue un reto muy bonito. No cabe duda de que tuvimos que torear ciertos baches, pero finalmente conseguimos entre todos los equipos directivos de los hospitales de Madrid  una excelente colaboración para la organización de las Jornadas y además terminamos conjugando una relación de amistad  con dicho trabajo.  Esto es lo que mejor recuerdo de esa experiencia, aunque tengo alguna cosa más que destacar. Siempre en las reuniones de gestión se habla de involucrar a los médicos, pero era una cosa aislada. En la reunión de Madrid fue donde se dio un salto cuantitativo y fue donde más se involucraron los médicos. Se consiguió hacer un programa muy atractivo y eso estuvo muy bien. Por otro lado, también quiero destacar la enfermería, porque, aunque ya habían participado en reuniones anteriores, aquí echaron el resto y en nuestras reuniones decidimos impulsar la línea de enfermería a nivel de gestión. Recuerdo el buen hacer y el buen trabajo al involucrar a todo ese tipo de gente. Además quisimos cambiar un poco la línea de las reuniones tradicionales anteriores de gestión. Me quedo con un magnífico recuerdo de las jornadas, porque además participó mucha gente y fueron un gran éxito.

“Hemos hecho esfuerzos grandes para convencer a los médicos de que hay que gestionar mejor sus propios servicios y sus propios actos clínicos, con las peleas que eso conlleva”.


 “Hemos conseguido cambiar la mentalidad, porque hemos conseguido mejorar la calidad, ser más eficientes en el coste y enfocarlo en esa línea, para aprovechar mejor las personas y los recursos económicos”.

“En la reunión de Madrid fue donde se dio un salto cuantitativo y fue donde más se involucraron los médicos. Se consiguió hacer un programa muy atractivo y eso estuvo muy bien.”