Valor en salud
Valor en salud
Valor en salud

Actualidad - Entrevistas

02-02-2022

Ana Barragán Prieto

FEA de Neurología en Hospital Universitario Virgen Macarena (Sevilla)

Premio 19.ª edición de los Premios Profesor Barea 2021 en la modalidad de “Transformación de procesos y progreso tecnológico”

 

Reorganización de la atención al ictus en Andalucía mediante la creación del Centro Andaluz de TELE-ICTUS (CATI)

Autores: Dña. Ana Barragán Prieto y D. Joan Montaner

Fundación Pública Andaluza para la Gestión de la Investigación en Salud de Sevilla (FISEVI)

Ana Barragán, FEA de Neurología en el Hospital Universitario Virgen Macarena (Sevilla), fue la encargada de recoger el premio al trabajo Reorganización de la atención al ictus en Andalucía mediante la creación del Centro Andaluz de TELE-ICTUS (CATI) en la 19.ª edición de los Premios Profesor Barea de la Fundación Signo, celebrada el pasado mes de octubre en el Congreso de los Diputados. Estos galardones reconocen la labor de personas e instituciones que trabajan en proyectos inéditos o experiencias novedosas, finalizados o en fase avanzada de desarrollo, que suponen una mejora sustancial en la gestión y evaluación en salud.

 

El fruto de este trabajo impulsado por FISEVI es la creación del Centro Andaluz de Teleictus (CATI), una red asistencial para el tratamiento del ictus agudo (IA) basada en un sistema de telemedicina. ¿Podría exponer de forma breve en qué consiste y cuál es el estado en el que se encuentra su implementación?

 

El Centro Andaluz de Teleictus (CATI) se trata de una red formada por un pool de neurólogos vasculares de Andalucía y hospitales de la región en los que no hay neurólogos de guardia presencial. Tiene el objetivo de mejorar la atención al ictus agudo y conseguir aumentar las tasas de tratamientos de reperfusión mediante la evaluación por telemedicina. Se implantó en enero de 2019, con una expansión progresiva por los diferentes nodos de trombectomía de la red, con un funcionamiento completo desde julio de 2019. Desde su creación, un pool formado por neurólogos vasculares de la región atiende a unos 1.000 pacientes al año, con unas tasas de tratamiento de reperfusión mayores al 30 % en los pacientes con ictus.

¿Cómo surgió la idea de este proyecto? ¿Cuál es el contexto en el que se enmarca?

Al iniciarse el nuevo Plan Andaluz De Ictus hace cuatro años se analizaron las causas de la alta mortalidad por ictus en nuestra región y se observó que algunas zonas remotas y rurales acumulaban tasas de mortalidad inaceptables. Se hacía evidente que, dada la enorme dispersión geográfica que existe en Andalucía y la ventana terapéutica del ictus agudo, había regiones en las que los pacientes no podían llegar a un gran hospital y recibir el tratamiento para intentar evitar la discapacidad y mortalidad de esta enfermedad. Por este motivo, nos planteamos cómo, mediante herramientas tecnológicas, llevar a los neurólogos de guardia a esos pacientes. También desde el principio la idea fue hacerlo mediante un sistema de bajo coste y centralizado, por lo que los aspectos tecnológicos del proyecto son importantes.

¿Qué objetivos de los planteados al inicio de esta experiencia se han conseguido y cuáles suponen todavía un reto?

El objetivo principal que nos planteamos es llevar la atención del ictus agudo, con la posibilidad de ser evaluado por un neurólogo vascular experto, a toda Andalucía para poder tratar el máximo de pacientes posibles. Este objetivo se ha conseguido, ya que gracias al sistema de Teleictus el 99,9 % de la población de Andalucía se encuentra a menos de una hora de un centro donde se la pueda atender. De esta forma, se conseguirán disminuir las secuelas de ese ictus e incluso, en algunos casos, evitar el fallecimiento del paciente. Sin embargo, todavía hay mucho que mejorar, como la educación a la población general sobre los síntomas de alarma y el acudir al hospital lo antes posible.

¿Qué implicaciones tienen estos resultados desde el punto de vista de la asistencia en los centros sanitarios? ¿Y desde el punto de vista económico?

 

Los resultados más importantes durante los primeros 30 meses son las tasas de tratamientos. Durante este tiempo se ha atendido a 2.392 pacientes; de estos, 1.585 fueron ictus isquémicos, recibiendo tratamiento de reperfusión el 36 % de los pacientes. Estos tratamientos han supuesto un ahorro, calculado con los datos, de 800.000 euros a corto plazo solo en la hospitalización, 1.700.000 a medio plazo y casi 12 millones de euros si tenemos en cuenta toda la vida de estos pacientes.

Desde el punto de vista económico, la implantación del CATI ha permitido dar cobertura a una población de 3 millones de habitantes mediante la utilización de sistemas tecnológicos disponibles en el SSPA, la redistribución de recursos ya existentes y la inversión que supone la contratación de un neurólogo vascular para la coordinación del proyecto y el establecimiento de una guardia localizada realizada por un pool de neurólogos ya pertenecientes al SSPA. Si esto lo comparamos con el ahorro generado por la atención de los pacientes con ictus agudo a corto y medio plazo durante un año, se trata de una estrategia coste-eficiente para la administración pública.

¿Cuáles son las características más novedosas o diferenciadoras de este trabajo en relación a otros similares?

La características más novedosas y diferenciadoras del CATI respecto a otras redes de Teleictus son la centralización y la creación de un centro virtual para la atención del ictus agudo. Este centro virtual está formado por más de 20 neurólogos superespecializados en la atención al ictus que dan cobertura a una población de 3 millones de habitantes y en el que un solo neurólogo recibe las consultas de los 30 centros periféricos, creando un flujo uniforme de atención en los diferentes nodos. Esta centralización tiene distintas ventajas. La principal es la homogeneización de la atención del ictus agudo en toda la comunidad, creando protocolos comunes consensuados para disminuir las barreras geográficas existentes y así conseguir romper las brechas territoriales por la dispersión de la población. Otra ventaja es la creación de un entorno uniforme para el control de la calidad asistencial en todo el sistema, que permite la identificación de áreas de mejora en la atención y el establecimiento de estrategias dinámicas para conseguirlas.

Otra característica novedosa es la utilización de un software que posibilita la comunicación síncrona entre los profesionales involucrados, permitiéndoles participar de forma conjunta en la historia y toma de decisiones del paciente. Este sistema genera un SMS para prealertar de la llegada de un posible código ictus a uno de los centros CATI, de forma que el neurólogo remoto puede comenzar la revisión de la historia del paciente enfocada al ictus mientras que los médicos de los servicios de urgencias estabilizan al paciente “a pie de cama”. De este modo se consigue una reducción significativa en los tiempos de atención mediante el trabajo en equipo.

Por último, también es interesante destacar el enfoque a la excelencia y la rigurosidad científica, complementando la atención de los pacientes con un software de inteligencia artificial que apoya al diagnóstico de neuroimagen que, junto a los protocolos preestablecidos, tiene el objetivo de eliminar una posible variabilidad interindividual en la evaluación de los pacientes.

¿En qué ámbitos se han producido mejoras tras el desarrollo del CATI? ¿Cuáles han sido los beneficios para los pacientes? ¿Y la utilidad para los profesionales y los gestores sanitarios?

Tras el desarrollo del CATI, se han conseguido mejoras en la asistencia. Pacientes que antes no llegaban a tiempo para recibir tratamientos, ahora se pueden tratar evitando secuelas.

La atención superespecializada genera un valor añadido en todo el proceso de atención, permitiendo: una correcta evaluación clínico-etiológica de los pacientes en las primeras 24 horas, el aumento del porcentaje de certeza diagnóstica en la primera evaluación del paciente con sospecha de ictus agudo, la disminución de las complicaciones por tratamientos innecesarios y de la necesidad de hospitalización, la reducción de estancias hospitalarias y también el descenso de los traslados innecesarios a otros centros de nivel superior, permitiendo una mejor utilización de los recursos móviles.

Otro trabajo realizado desde el CATI es la unificación de protocolos necesarios para el correcto funcionamiento de los softwares externos, por ejemplo, de inteligencia artificial; esto, además, nos permitirá una identificación única y directa de los pacientes atendidos como código ictus en urgencias, hasta ahora compleja por la variabilidad existente en la codificación actual mediante el CIE.

También se han conseguido beneficios en otros ámbitos como la formación o la producción científica. Respecto a la formación, desde el inicio se han realizado actividades periódicas, con más de 40 sesiones o cursos, llegando a más de 4.000 profesionales de ámbito hospitalario y extrahospitalario de la región. Por último, se han presentado trabajos a congresos regionales, nacionales e internacionales y se están escribiendo artículos para darle difusión a este trabajo en el ámbito académico.

Gracias al CATI, los gestores sanitarios han conseguido los objetivos presentados por la Unión Europea para 2030: garantizar el acceso a terapias de reperfusión a, al menos, el 95 % de la población; conseguir tasas de trombólisis intravenosas superiores al 15 % y de tratamiento endovascular superiores al 5 %. Además de conseguir estos objetivos, la centralización del CATI permite la redistribución de los recursos disponibles en el sistema. El trabajo realizado para mejorar la accesibilidad ha permitido reunir todos los recursos del Sistema Sanitario Público de Andalucía útiles para la atención precoz del ictus agudo, independientemente de las peculiaridades administrativas de cada uno.

Por tanto, el impacto clínico y económico de una red de Teleictus superespecializada y centralizada como el CATI supera los costes de su implementación, consiguiendo los objetivos establecidos en distintos ámbitos.

¿En qué medida es aplicable o extensible este proyecto a otros centros u organizaciones de salud?

Este proyecto podría ser extensible a otras regiones donde la población presente una gran dispersión geográfica y existan hospitales sin neurólogos presenciales. Incluso, podría ser extensible a otros países con similar extensión a Andalucía, como Portugal o Hungría.

La Fundación Signo trabaja desde hace más de 20 años impulsando proyectos para mejorar la gestión y evaluación en el sector salud. En este sentido, ¿qué aporta el Centro Andaluz de TELE-ICTUS (CATI)?

La centralización de la atención al ictus agudo mediante el CATI y la creación de estructuras para la monitorización de la calidad asistencial, han permitido una evaluación centralizada de resultados en salud a corto y medio plazo en pacientes con ictus agudo, previamente imposibles.

Dentro del proceso código ictus se han identificado y definido los distintos elementos que lo componen, así como los servicios participantes. También se han establecido indicadores para la medición de la calidad de estos procesos que nos permitirán comparar la evolución en su desarrollo de forma repetida a lo largo del tiempo.

Este trabajo ha obtenido el premio en la modalidad de Transformación de procesos y progreso tecnológico de la 19.ª edición de los Premios Profesor Barea 2021 de gestión sanitaria. ¿Qué significa este galardón para los autores y las instituciones promotoras?

Este galardón ha significado un reconocimiento al esfuerzo que todos los profesionales implicados en la atención de estos pacientes han hecho desde la implantación del CATI en 2019. Además, también ha supuesto una motivación para seguir mejorando, consiguiendo que los pacientes con ictus en Andalucía tengan los mejores resultados posibles independientemente de donde vivan. Este tipo de premios también refuerza internamente la apuesta que la Consejería de Salud ha hecho por impulsar el proyecto y creer en él. Además, la publicidad de este tipo de galardones hace que el propio proyecto se conozca más por todos los profesionales de la salud y de la población andaluza y que, por tanto, esta tecnología se use más y mejor.

Usted fue la encargada de recoger el premio en el acto de entrega celebrado el pasado mes de octubre en el Congreso de los Diputados de Madrid. ¿Cómo valora la experiencia?

La experiencia ha sido muy positiva, ya que me permitió presentar el trabajo que llevamos realizando desde 2019 en un foro con profesionales expertos en el tema donde se presentaron otros trabajos excepcionales. El premio visibiliza mi función como coordinadora del proyecto y facilita que nos contacten de otras redes de tele-ictus e, incluso, que se nos hayan pedido datos sobre atención de pacientes extranjeros en el CATI para un proyecto europeo.


“Se hacía evidente que, dada la enorme dispersión geográfica que existe en Andalucía y la ventana terapéutica del ictus agudo, había regiones en las que los pacientes no podían llegar a un gran hospital y recibir el tratamiento para intentar evitar la discapacidad y mortalidad de esta enfermedad”.

 

“Gracias al sistema de Teleictus el 99,9 % de la población de Andalucía se encuentra a menos de una hora de un centro donde se la pueda atender. De esta forma, se conseguirán disminuir las secuelas de ese ictus e incluso, en algunos casos, evitar el fallecimiento del paciente”.


"Destaca el enfoque a la excelencia y la rigurosidad científica, complementando la atención de los pacientes con un software de inteligencia artificial que apoya al diagnóstico de neuroimagen que, junto a los protocolos preestablecidos, tiene el objetivo de eliminar una posible variabilidad interindividual en la evaluación de los pacientes".

  

“La centralización de la atención al ictus agudo mediante el CATI y la creación de estructuras para la monitorización de la calidad asistencial, han permitido una evaluación centralizada de resultados en salud a corto y medio plazo en pacientes con ictus agudo, previamente imposibles”.

“La experiencia [en la entrega de los premios] ha sido muy positiva, ya que me permitió presentar el trabajo que llevamos realizando desde 2019 en un foro con profesionales expertos en el tema donde se presentaron otros trabajos excepcionales”.