Valor en salud
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Actualidad - Entrevistas

12-11-2014

Entrevista a  CRISTINA ROMERO

¿Cuál es tu experiencia profesional y cuánto tiempo llevas en la actividad actual?

Licenciada en Medicina y Cirugía por la Universidad de Granada, en la actualidad soy Jefe de Sección de Radiodiagnóstico de la Unidad de Patología Mamaria del Hospital Virgen de la Salud de Toledo, Profesora de Anatomía Radiológica de la Escuela de Técnicos Superiores de Castilla-La Mancha de Toledo y miembro activo de la SERAM, la SEDIM y el GEICAM.

¿Qué destacarías como lo mejor de tu carrera profesional?

Yo me considero un clínico, que trabaja con la imagen como principal herramienta y, por ese motivo, es la relación con mis pacientes lo mejor de mi profesión. Ellas me han enseñado a valorar “la normalidad”, porque cuando eres joven piensas que la salud es un derecho. Vivimos sin darnos cuenta que somos frágiles y que la enfermedad no respeta el que seas joven o imprescindible para cuidar a tus hijos.

Si generosos y magníficos profesionales me enseñaron en mi residencia la senda del aprendizaje permanente y continuo de mi profesión, las pacientes me han enseñado el oficio. Porque he aprendido sobre el cáncer de mama todo lo que no viene en los libros. Doy públicamente las gracias a todas las que han pasado por mis manos por confiar en mí algo tan importante como su salud y futuro, y también a las que no lo hicieron, porque me recuerdan que hay que seguir mejorando para ganar su confianza. Nunca se debe de perder la capacidad de autocrítica para continuar creciendo.

Gestionemos sin perder el lado humano, que es la base fundamental de la relación médico-paciente. Ellos pueden entender que no los curemos porque sus dolencias son graves, pero no nos perdonarán si no los cuidamos. Eso es responsabilidad de todos. Es útil recordar la reflexión de los médicos franceses Bérard y Gubler a finales del siglo XIX, que resumían el papel de la medicina como: “Curar pocas veces, aliviar a menudo, consolar siempre”.

¿Y lo peor?

Actualmente vivimos una crisis que ha sacado lo peor del sistema sanitario, incertidumbre; desmotivación; pesimismo y politización de la gestión. Esto hace que se hagan más presentes males endémicos como el igualitarismo, la falta de confianza sobre el profesional, la frustración de proyectos etc. Pero, a pesar de todo, sería una pena que tanto sufrimiento no sirva para aprender y empezar a construir algo mejor.

Los profesionales sanitarios estamos siendo atacados de manera continua, poniendo en tela de juicio nuestra honradez. En la mayoría de las ocasiones no se cuenta con su opinión para la toma de decisiones. Creo que los médicos tienen que hacer el esfuerzo de implicarse en la gestión y entender que la autoevaluación es imprescindible para mejorar, y que mejorar implica mayor eficacia y eficiencia en su trabajo diario. Pero también es necesario que los gestores pierdan su rol de gobierno “fuera de la realidad hospitalaria” y se impliquen con los profesionales sanitarios. Que trabajen con nosotros como un equipo multidisciplinar y se evite que la mayoría de los profesionales sanitarios, vivan la gestión como un “haz más… pero no cuentas con más medios y no importa la calidad”. Porque, en mi humilde opinión, no es lo mismo hacer una mamografía que resolver un problema de mama a una paciente. Este país necesita nuevas herramientas de gestión pública.

¿Cómo ves el futuro?

Con incertidumbre. Creo que los profesionales tenemos claro que hay que ir a un modelo sostenible, que permita una asistencia de calidad, bien organizada y financiada con los recursos que el país puede destinar en este momento. Desde el comienzo de la crisis hemos visto muchas propuestas de “recortes”, con limitaciones de acceso a la población, limitaciones de cobertura, copagos, pero pocas ideas de cambio, reorganización de procesos o transformación profunda de alguna legislación que resulta obsoleta para el dinamismo que requiere la gestión actual.

Creo que el paciente debe ser el centro del sistema sanitario público y su satisfacción un objetivo clave para que la sanidad funcione. Eso solo es posible con la participación activa de los profesionales sanitarios. Se deben hacer profundas reformas legislativas para retribuir y apoyar con medios los servicios que funcionen, aceptando que estos estén monitorizados en cuanto a resultados, actividad y calidad. Esto nos lleva a un fomento de las Unidades de Gestión Clínica, basado en la descentralización y corresponsabilidad en los resultados, donde converjan todos los agentes implicados en el proceso asistencial: pacientes, profesionales gestores y políticos. En un entorno de respeto mutuo.

Como ganadora del premio Profesor Barea 2014 en la modalidad “Los Centros Sanitarios como empresas de servicios: Gestión Global”, ¿qué opinión te merecen este tipo de actividades y qué nos puedes contar del proyecto presentado?

Para mí, participar en la edición 2014 de los Premios Profesor Barea ha sido una de las experiencias más gratificantes de mi vida profesional. Primero por la admiración profunda que al Profesor Barea le profeso desde hace años.

También por la implicación y ayuda de grandes profesionales que he tenido en mi entorno para la realización de este trabajo. Comenzando por el coautor del mismo, el Dr. J. M. Pinto Varela, Jefe de Servicio de la Unidad de Gestión Clínica de Radiología, que fue capaz de escuchar una idea atrevida desde sus “trincheras” y de dirigir un proyecto de innovación basado en la reordenación de procesos.

Por último, fue necesario contar con el apoyo del SESCAM y de la Consejería de Sanidad y Asuntos Sociales de Castilla-La Mancha. Sin ambos, la puesta en marcha y la continuidad estos años del proyecto, hubiera sido imposible.

Este proyecto integra el cribado poblacional del cáncer de mama dentro de la Unidad de Mama Hospitalaria, introduciendo conocimiento con profesionales dedicados y combinándolo con alta tecnología.

Esto ha ocasionado una reingeniería del proceso asistencial “cáncer de mama” en nuestra área sanitaria. Liderado por los profesionales dedicados. Permitiendo circuitos de pacientes ágiles para dar a cada mujer la celeridad y los medios que necesita. Rediseñando el rol del radiólogo en la Unidad como puerta de entrada y elemento clave para el flujo de las pacientes. Fomentando el papel de la medicina primaria, sin la cual sería imposible el proceso y asegurando el manejo multidisciplinar del cáncer de mama en nuestra área sanitaria, protocolizándolo y realizando medicina basada en la evidencia.

Todos estos cambios se tradujeron en una mayor productividad con desaparición de las listas de espera, una mayor sensibilidad en la detección del cáncer de mama y un considerable ahorro en quimioterapias agresivas por la disminución del tamaño tumoral en el momento del diagnóstico.

Quiero dar las gracias, en nombre de todas las mujeres y en el mío propio, a todos los que de una u otra manera habéis contribuido a que esto sea una realidad.

Nunca se debe perder la capacidad de autocrítica para continuar creciendo

Gestionemos sin perder el lado humano, que es la base fundamental de la relación médico-paciente

Este país necesita nuevas herramientas de gestión pública

El paciente debe ser el centro del sistema sanitario público y su satisfacción un objetivo clave para que la sanidad funcione