Valor en salud
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Actualidad - Entrevistas

21-11-2018

Entrevista a JOSEP TABERNERO CATURLA

Jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona, Director del Vall d'Hebron Instituto de Oncología (VHIO) y Responsable de la Unidad de Investigación de Terapia Molecular del Cáncer en el Hospital Vall d'Hebron

Ponente XIV Jornadas de Gestión y Evaluación en Salud de la Fundación Signo

 

Ha desarrollado prácticamente toda su carrera profesional en el Hospital Universitario Vall d’Hebron, ¿qué balance hace de estos años?

 

Muy bueno, porque fíjate que, cuando llegué aquí de adjunto en el año 1997, estaba casi todo por hacer, el Servicio de Oncología, de hecho, no era un Servicio, era una Sección, y lo que hemos podido crecer durante todo este tiempo, a nivel asistencial, pero también de investigación clínica, ha sido muy bueno. Si miramos retrospectivamente, en estos 20 años, hemos cambiado la situación de la Oncología en Vall d’Hebron. Hace diez años, además, pudimos hacer el Instituto de Investigación, VHIO, justo se constituyó en el año 2007, el crecimiento que hemos tenido en estos años ha sido muy bueno y, además, acompañado de los grandes avances en el conocimiento del cáncer y en las posibilidades del tratamiento. Ha sido una evolución muy buena. El hospital apostó por nosotros, nos dejó hacer y creo que hemos cambiado la situación de alcance en Vall d’Hebron, y también como paradigma un poco representando un modelo de asistencia y de investigación en el entorno español.

 

Destaca su implicación y participación en diversos proyectos de investigación científica, director de relevantes ensayos internacionales de nuevos fármacos en el tratamiento de los tumores digestivos, participa en numerosos proyectos de investigación de la Unión Europea relativos al avance oncológico, ¿cómo ha sido la implantación de los mismos?

 

Esto es un trabajo de tenacidad, nadie regala nunca nada, tienes que demostrar que las cosas las haces bien, pero luego también hay credibilidad y generosidad. Quiero decir que esto es un camino, no es el mero hecho de que cada vez más se ha contribuido a discernir entre los diferentes tumores gastrointestinales, diferentes subtipos, hemos aplicado programas de screening molecular, es decir, que analizamos los tumores, las vulnerabilidades que tienen, las alteraciones que pueden ser manipulables en protocolos de investigación, todo esto ayuda a hacer una credibilidad y una confianza en nuestra área de investigación. Y, luego, todo viene rodado, colaboras con otras instituciones académicas europeas y americanas, aplicamos a convocatorias internacionales, proyectos europeos y americanos, y esto ha hecho que vayamos construyendo este entorno de confianza y, poco a poco, hemos ido creciendo. También, cómo no, con estudios financiados por la industria farmacéutica, pero siempre en la línea de innovación.

 

Actualmente es responsable de la Unidad de Investigación de Terapia Molecular del Cáncer en el Vall d'Hebron, una unidad pionera en España, dedicada al desarrollo de ensayos clínicos de fase I de terapia molecular, ¿cuáles son los proyectos en los que se encuentran inmersos?, ¿queda mucho por hacer?

 

Sí, como su nombre indica, cuando creamos esta unidad, ya empezábamos a conocer lo importante que era poder clasificar bien los tumores y saber qué alteraciones moleculares tenía el tumor de cada persona. Y, en base a esto, diseñar estudios clínicos que fueran dirigidos a, precisamente, combatir esta vulnerabilidad o esta alteración de esos tumores. Esto empezó, inicialmente, con alteraciones moleculares que tenían las células malignas, pero, ahora, con el advenimiento de la inmunoterapia, también lo miramos en base al perfil de respuesta inmunológica que tiene cada enfermo. Al principio eran dianas biológicas dirigidas a alteraciones de la célula maligna, ahora ya son también dianas biológicas dirigidas a potenciar el sistema inmune. Queda mucho por hacer, pero esta unidad es muy adaptativa a los cambios del conocimiento y de entorno.

La investigación científica es importantísima, pero a veces parece que las inversiones no son acordes a las necesidades actuales, lo que parece incentivar la llamada “fuga de cerebros”, ¿cómo se podría mejorar esta situación?

 

Lo más importante de todo es creerse que la salud y la sanidad, más que un gasto, es una oportunidad de crecimiento, es una oportunidad, primero, de mejorar el bienestar de la población, pero también es una oportunidad de crear riqueza, pero crear riqueza quiere decir que todo lo que ayude a que la población esté mejor, que no tiene por qué ser únicamente tratamientos, prevenir el cáncer, las maniobras que se pueden hacer, etcétera, etcétera, todo esto nos hará mejor como sociedad. Y no solamente aplica al cáncer, aplica a todas las áreas de la enfermedad y de la salud.

Entonces, creo que es importante entender que invertir en I+D, en el área de salud, es invertir en el futuro de nuestro país y, también, como autocrítica, entre todos, que, realmente, no transferimos demasiado, generamos mucho conocimiento y, a veces, no transferimos todo el conocimiento que generamos, con lo cual cada vez tendríamos que aprender a generar más valor a lo que hacemos.

 

También es profesor asociado de Medicina de la Universidad Autónoma de Barcelona, desde su experiencia, ¿cómo es el contacto con los alumnos, la motivación e inquietudes de quienes serán el futuro de la medicina?

 

En estos años, lo que hemos visto ha sido un cambio paradigmático del alumnado, hoy en día los alumnos son muy inquietos, tienen acceso a todas las Tecnologías de Información, lo cual es muy bueno porque preguntan mucho más, vienen con conocimientos, algunos alumnos ya te dan proyectos para desarrollar, quieren participar en proyectos de investigación; otros tienen inquietud por marchar un tiempo fuera, ya sea vía Erasmus u otras vías; realmente la inquietud y el conocimiento son mucho más amplios, y, claro, el área del cáncer es un área en continua innovación, entonces a ellos les llama mucho la atención. Creo que ha cambiado rotundamente en los últimos diez-quince años.

 

Actualmente es presidente de la European Society for Medical Oncology y miembro de su Junta Ejecutiva. Y, además, pertenece a la American Society of Clinical Oncology (ASCO), ¿qué valores destacaría de ambas sociedades?

 

La European Society for Medical Oncology, que es la que soy presidente, es una Sociedad que, aunque se diga europea, es internacional. De hecho, es internacional desde su inicio porque Europa nunca ha sido un solo país, y eso es importante porque tiene una visión muy amplia. Fíjate que ya pasamos de 20.000 miembros, hemos hecho recientemente el Congreso en Múnich, y hemos tenido 28.000 asistentes y la calidad ha sido excepcional. Es una Sociedad que se preocupa mucho por el avance del conocimiento en cáncer, pero también se preocupa porque los enfermos tengan acceso al mejor tratamiento del cáncer y al mejor control del cáncer posible a nivel mundial. Desarrollamos muchas acciones dirigidas, precisamente, a otros entornos, no solamente a Europa, pues tenemos un área muy potente, que es la de Asia-Pacífico, el 45% de nuestros miembros son de fuera de Europa, con lo cual tenemos una visión muy internacional.

La Sociedad Americana es una sociedad muy buena, pero, básicamente, el eje central es Estados Unidos, entonces es una Sociedad donde presentamos también datos científicos, pero no es tan internacional como la Sociedad Europea.

 

Médico, investigador científico, docente, miembro de distintos Comités directivos y Editoriales, autor o coautor de unos 300 manuscritos en revistas indexadas internacionales… ¿cómo es su día a día?

 

Bueno, es un día a día que me despierto, afortunadamente, con ilusión por trabajar, me gusta lo que hago. Y, cuando haces lo que te gusta, genera muchas horas de trabajo, a veces las cosas podrían ser mejor, pero no me quejo. A nivel de Vall d’Hebron hemos podido cambiar el panorama, tenemos un Instituto de Investigación del Cáncer, hemos promovido también que los oncólogos españoles tengamos una mayor visibilidad internacional, a nivel de ESMO, de ASCO, hoy investigamos, en España se investiga mucho, la contribución de la investigación española, a nivel mundial, es muy relevante. Eso lo hacemos todos, no es mérito de una persona, sino que lo importante es que, esto es como una gota de agua, cada vez sea más grande.

 

Habiendo recibido en septiembre el Premio ECO a la Trayectoria Clínica y Científica 2018, ¿qué ha supuesto para usted este galardón?

 

Bueno, ha supuesto un reconocimiento a la labor hecha, mía y de los profesionales, porque yo soy la persona que está delante, pero esto no hubiera funcionado si todo el mundo no estuviera bien alineado, no solamente los profesionales sanitarios, los médicos, enfermeras, investigadores, creo que todo el mundo cuenta. Y, sobre todo, los pacientes que también son muy colaboradores, muy generosos. Es un reconocimiento para todos.

En referencia a las XIV Jornadas de Gestión y Evaluación en Salud de la Fundación Signo, en concreto la mesa sobre “Terciarismo y desarrollo de expertos” en la que participó, ¿qué conclusiones destacaría?

 

Lo que es importante es generar talento e innovación, y esto, a veces, está reñido con la distribución geográfica. Es importante apostar por las dos cosas, es bueno tener en sanidad una buena distribución territorial y equidad territorial, pero, al lado de esto, también hay que favorecer redes de excelencia que siempre piensen en el enfermo, pero dándole las máximas oportunidades. A veces, para enfermedades muy concretas, las máximas oportunidades no están al lado de casa, y esto vamos a hacerlo funcionar. Un poco se trataba de esto, es bueno concentrar talento e innovación a la vez, también hacer que esto sea accesible para toda la población. Y esto es un reto, por supuesto.

Por último, en su tiempo libre, si es que dispone de éste, ¿cuáles son sus aficiones?

Me gusta mucho el aire libre, y el deporte en el aire libre, intento correr un poco, hago alpinismo, sí que intento, cada año, subir como mínimo un 4.000. Y me gusta el esquí, deportes de montaña, todo lo que se pueda hacer en el aire libre me encanta. En cambio, curiosamente, no participo mucho en deportes de equipo, no soy muy aficionado al fútbol, baloncesto, son más deportes, que los hago con gente, pero más individuales. Y leer me encanta. 

“Esto empezó, inicialmente, con alteraciones moleculares que tenían las células malignas, pero, ahora, con el advenimiento de la inmunoterapia, también lo miramos en base al perfil de respuesta inmunológica que tiene cada enfermo. Al principio eran dianas biológicas dirigidas a alteraciones de la célula maligna, ahora ya son también dianas biológicas dirigidas a potenciar el sistema inmune. Queda mucho por hacer, pero esta unidad es muy adaptativa a los cambios del conocimiento y de entorno”

 

“Lo más importante de todo es creerse que la salud y la sanidad, más que un gasto, es una oportunidad de crecimiento, es una oportunidad, primero, de mejorar el bienestar de la población, pero también es una oportunidad de crear riqueza, pero crear riqueza quiere decir que todo lo que ayude a que la población esté mejor, que no tiene por qué ser únicamente tratamientos, prevenir el cáncer, las maniobras que se pueden hacer, etcétera, etcétera, todo esto nos hará mejor como sociedad”

 

“Creo que es importante entender que invertir en I+D, en el área de salud, es invertir en el futuro de nuestro país y, también, como autocrítica, entre todos, que, realmente, no transferimos demasiado, generamos mucho conocimiento y, a veces, no transferimos todo el conocimiento que generamos, con lo cual cada vez tendríamos que aprender a generar más valor a lo que hacemos”

 

“La European Society for Medical Oncology se preocupa mucho por el avance del conocimiento en cáncer, pero también se preocupa porque los enfermos tengan acceso al mejor tratamiento del cáncer y al mejor control del cáncer posible a nivel mundial”

 

“A nivel de Vall d’Hebron hemos podido cambiar el panorama, tenemos un Instituto de Investigación del Cáncer, hemos promovido también que los oncólogos españoles tengamos una mayor visibilidad internacional, a nivel de ESMO, de ASCO, hoy investigamos, en España se investiga mucho, la contribución de la investigación española, a nivel mundial, es muy relevante. Eso lo hacemos todos, no es mérito de una persona, sino que lo importante es que, esto es como una gota de agua, cada vez sea más grande”


“Lo que es importante es generar talento e innovación, y esto, a veces, está reñido con la distribución geográfica. Es importante apostar por las dos cosas, es bueno tener en sanidad una buena distribución territorial y equidad territorial, pero, al lado de esto, también hay que favorecer redes de excelencia que siempre piensen en el enfermo, pero dándole las máximas oportunidades”